Música.




Y es que un día amanecio y llovia..

Extrañado pues era primavera Armando ahora entendia el dilema del tan mencionado cambio climático. Se sentía bien, a él estos "climas" le agradaban más aún que el calor insoportable y el viento de verano.

Puso un disco en una grabadora que ella le habia dejado como recuerdo. La odiaba por haberlo abandonado justo en el momento en el que pensaba más la necesitaba. No entendía la razón, aunque pasaba horas enteras analizandolo.

Telefunka sonaba no con mucha fuerza, a un nivel medio de sonido acoplado a la perfección con el ruido de las gotas que sonaban en el techo de lámina de su casa. Armando amarraba sus agujetas, melancólico pensaba en ella y en él; si lo llegara a encontrar en la calle lo mataría. No podía soportar que Elena hubiera desaparecido abrazada por aquel individuo y sin destino conocido.

Besame mucho, versión electrónica de los Funka, lo reanimó. Ya vestido ahora bailaba lentamente, como imitando a una gota la cual escurria por su ventana. Imaginó lagrimas, pero tenia tiempo que a él ya no le brotaban, tanto dolor lo habia dejado seco por dentro, o por lo menos eso pensaba.

La resequedad volvio con el recuerdo y la visión del agua cayendo a chorros. Necesitaba una cerveza, se dirigio al refrigerador pero solo encontro botellas vacias, ropa y comida sucia. Tenia que cambiar la ambientación. Se dirigio a su librero en donde una foto de ella aún adornaba un espacio cuasi sagrado.

The Best of the Doors, música ideal para este día, la rola The end. Armando ya viajaba y pensaba cuanto sufrimiento se habria ahorrado si la hubiera matado antes de descuidarla. Asi por lo menos los dos terminarian juntos, pues él por supuesto se hubiera siucidado después. Recordaba a sus padres, sus consejos, sus envestiduras reales, su carácter fuerte y su ausencia de más de diez años.

Alicia de Bunbury: Por que todas las rolas de este señor le recordaban a ella, o más bien todo le recordaba. Estaba obsesionado, enamorado, no lo sabía pero lo atormentaba un sentimiento de soledad y angustia que a veces lo tiraba en cama dias enteros. Queria terminar pero tenia miedo, más de las recriminaciones hacia su espiritu que al mismo hecho.

A falta de cerveza Armando ya bebía sobras de una botella de mezcal que habia encontrado bajo su cama. Pensaba locamente en beber sus orines para probar ese alcohol destilado. Anteriormente ya lo había hecho, no le desagradaba y era sano, pensaba. Necesitaba cambiar, una transformación.

Se levanto de la tasa del baño, pues aparte de su cama era el único lugar donde se podia sentar, y cambio el disco. Sonaba un acoplado de música Ska: La Tremenda Korte, La Parranda Magna, Secta Core, Estrambóticos, Nana Pancha le recordaban sus tiempos juveniles. A los veinticinco años se sentia viejo y esta música lo llevaba a sus dieciocho, a sus veinte cuando la conocio a ella.

Optó por bailar, por sacudir ese día tirado en la cama. Los musculos ya no le respondian y lo dejo, queria llorar pero no podia, solo sentia un ahogamiento, dolor de estomágo profundo y sus ojos hinchados. Ni una lagrima.

Abrio la ventana y notas lejanas llegaron a sus oidos, era banda, música de moda por estos tiempos. Cantaba un señor con un melancolismo triste, trompetas lo envolvian y un bajo ininterrumpido lo aompañaba, la lluvia cesaba. Asi de momento se dejo llevar acompañado por un silencio pesado y reconfortante como cuando se acostaba con Elena a solo admirar el techo.

Tenia que escuchar a Pink Floyd para seguir viviendo este momento. Se levanto y busco el disco pero no lo encontro inmediatamente, en cambio se topo con la ropa que ella había dejado abandonada; la veia y pensaba que una nueva vida le deparaba nueva ropa. Seguramente no queria guardar recuerdo alguno de su vieja existencia, de él, su casa y sus regalos que aún se encontraban en el lugar donde siempre habian estado.

Encontro el disco y lo programo, ya estaba borracho pues tenía tiempo que no acompañaba el alcohol con algun tipo de refresco

Tocaron a su puerta, un periódico llegó por manos de su vecina, era La Prensa de ese día. En el estaba la fotografía de ella, muerta. El pié de foto decia: A balazos, en un asalto.

Todas sus elucubraciones habian sido una farza, como su vida misma. Tomo la vieja pistola que su papá le habia regalado, ingirió un trago de mezcal y se disparo en la cabeza. Pink Floyd sonaba a todo lo que daba la grabadora.

Cuando lo encontraron aún derramaba de la boca el liquido color miel del alcohol mezclado con sangre.

No había alcanzado a digerir ese último trago.


Don Fer
Marzo 2007

Ayer





Ayer le devolvi al mundo algo de la magía que me habia otorgado.
Lo envolvi en llamas, lo vi diferente y satisfecho empece.
Quizas amanecí de buen humor, no lo se, pero me sentía bien.
Me levante, orine como siempre, pero sonreí, pues no había más pesar.


Ayer fui temprano de compras: una pasta de dientes, un hilo dental
el mal aliento estoy dispuesto a dejar.
Un bizcocho para desayunar, un papel de baño caro, un regalo para mi esposa.
Nada de cervezas, en su lugar: refresco y agua mineral.


Ayer regrese a casa, desperte a mi mujer con un beso en la mejilla,
ella sonrojada se sorprendio. Estoy dispuesto a cambiar le dije.
Corte el cesped, bañe al perro, me bañe yo, las uñas me corte.
Lave los pisos, prepare el desayuno y de alcohol no me acorde.


Ayer escuche música y hasta un cuento de niños escribí.
La inspiración renacio un poco más noble.
Recorde y logre derramar una lagrima: sobrevivi, sobrevivi...
Ayer me sentí como un roble.


Vi la tele toda la tarde, me deje llevar por la caja.
Reí con chistes baratos, llore con dramas increibles, me abrume con historias tristes.
Me levante y comí una botana, abri el refrigerador y no pense en cerveza.
Mi mujer me veia desconfiada: ¿es esto un chiste?


Ayer dormí temprano, reconfortado por un par de piernas,
disfrute y hasta una erección logré mantener.
El sueño placentero en nada me hizo soñar.
Duende, bruja, vacio, de mi mente desaparecieron.


Creo que me estoy haciendo viejo...


Hoy desperte, el mal aliento volvio.
Las ansias locas tambien.
Demonios, necesito una cerveza.

Creo que me estoy haciendo viejo...


Don Fer
Marzo 2007

Osvaldo


Foto: Bere.

Y así fue...

El jueves recibí una visita inesperada en casa.

Osvaldo llegó, como siempre, cargado de recuerdos, de nostalgias sufrifles, de angustias rotas y de cervezas y marihuana que generosamente compartio.

Departimos alrededor de una idea cuyo fondo gris fue telón de la gran actuación que dimos: el amor.

Tan gris, tanta falta que a él le hace, ni siquiera sabe si existe, dice nunca lo ha saboreado... Siempre intentandolo, nunca lograndolo.
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Osvaldo es aquel que de niño tenia un sueño: ser caballo. Al que a tierna edad le causaba excitación comerse sus costras, y por lo mismo buscaba herirse constantemente, locamente.

En una ocasión llegó ataviado con una mascara del santo a la fiesta de mi amiga Diana. Todos reimos y no le tomamos mucha atención a pesar de las llaves fisicas y mentales que nos aplicaba. De ahí tambien que lo conozcamos como el santos.

Fue en un viaje a Oaxaca, a las playas nudistas de mazunte, aragón y zipolite, cuando al verlo desnudo, con su cuerpo peludo y gastado, se gano su otro mote: capitan cavernicola.

Aquel que ha soñado con criar puercos o con tener un camión de basura pa´chambearlo, ese es Osvaldo. El que un día nos dejo a mi tocayo y a mí abandonados en casa ajena, diciendonos que era la suya y descubriendo la mentira cuando el dueño nos agredio pensando que la visita era un asalto.
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El amor, idea gris como el humo del cigarro que corremos, lo ha hecho cometer improperios y estupideces. En una ocasión Osvaldo llevo a una mujer a una fiesta a la cual habiamos sido invitados.

Yo no supe sus intenciones con la dama hasta que lo vi lanzando maldiciones y pateando la puerta hasta descomponerla. Al ver a su pareja besando, tocando y dejandose guiar a una recamara por otro caballero comprendí el sufrimiento de mi amigo.

Siempre hablamos de amor. Me pregunta si lo he encontrado, aunque yo nunca le contesto. No lo se, le digo.
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Yo me he cortado las venas, me he drogado hasta encontrar una nueva conciencia.

Él se ha quemado en la mano con un cigarrillo hasta dejarme ver su hueso. Herido ha querido disculparse aunque siempre lo rehuyo. Sus disculpas son para él purificación del alma, para mí una tonteria.

Y ahora...

Estamos en la sala de mi casa, acordandonos de todo lo anterior.

Has cambiado me dice.Tu matrimonio te hace más formal.

Yo a él lo veo igual, tal vez más delgado, demacrado por la droga. Él dice que es el ejercicio aunque soy bueno para ditinguir a un Yonki de una atleta. Su estado emocional es el mismo, aun habla de Sara, de sus amores imposibles: de amor...

De repente comienza a llorar. Lanza improperios al aire y me dice con aire melancolico que soy un mal amigo. Traicionero, charlatan, embustero, cobarde, hijo de puta son las palabras que me lanza sin hacer mayor mella en mi estado emocional.
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Ahora que lo pienso tiene razón. Desde ese encuentro ¿o desencuentro? Osvaldo sigue enviandome mensajes a mi celular invitandome a salir, a compartir tiempo. Nunca le contesto. Si llegamos a encontrarnos es fortitua o inesperadamente.

Ayer recibi un nuevo mensaje de él. Me mandaba mucho a la chingada y decia que me iba a matar. Me confesaba que en cierta ocasión mi ex novia le habia hecho el sexo oral.

Ahora lo se: Osvaldo esta enamorado de mí.

Don Fer
Marzo 2007.